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by D! Institut (22/05/2001)

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>antiteXtö

EL PODER DESCOMUNAL DEL áTOMO LO HA CAMBIADO TODO EXCEPTO NUESTRO MODO DE PENSAR, Y POR ESO NOS ENCAMINAMOS HACIA UNA CATáSTROFE SIN PARANGóN.
Albert Einstein (1946)

¿QUé ES LO úNICO CAPAZ DE PROVOCAR EL USO DE ARMAS ATóMICAS? LAS ARMAS ATóMICAS. ¿CúAL ES EL OBJETIVO PRIORITARIO DE LAS ARMAS ATóMICAS? LAS ARMAS ATóMICAS. ¿EN QUé CONSISTE LA úNICA DEFENSA ESTABLECIDA CONTRA LAS ARMAS ATóMICAS? LAS ARMAS ATóMICAS. ¿CóMO SE PREVIENE EL USO DE ARMAS ATóMICAS? AMENAZANDO CON USAR ARMAS ATóMICAS.
Martin Amis (1987), Los monstruos de Einstein (Minotauro)

EL RIESGO ESTRIBA EN QUE UN ESTADO, ESPECIALMENTE LA ENIGMáTICA COREA DEL NORTE, O UNA MAFIA, PUEDAN LANZAR DENTRO DE UNOS AÑOS UN MISIL CON CABEZA NUCLEAR, QUíMICA O BIOLóGICA SOBRE CUALQUIER PARTE DE EE.UU.
André Fontaine (2001), ex-director del diario Le Monde.

SOY PARTIDARIO DE LA DEFENSA ATóMICA. HE OBSERVADO EL MOVIMIENTO DE DESARME NUCLEAR Y, AUNQUE TIENE BUENAS INTENCIONES, ME PARECE QUE SUS RESPONSABLES VIVEN UN SUEÑO DENTRO DE UN MUNDO POST-NUCLEAR.
J. G. Ballard (2000)

SI EE.UU. CONTINúA CON SU PROGRAMA DE ASTRO-IMPERIALISMO Y DESPLIEGA SUS ARMAS EN EL ESPACIO, SE PRODUCIRá UNA CARRERA ARMAMENTíSTICA E, INEVITABLEMENTE, UNA GUERRA ESPACIAL.
Karl Grossman (2001), profesor de periodismo de la Universidad NY.

> ¿CóMO SE HACE UN RUSO UNA RADIOGRAFíA DE RAYOS X?
> PONIéNDOSE ENTRE DOS UKRANIANOS.
Chiste popular de Chernobyl.



>4pöcalipsis

01.star wars, episodio 2//
A George Lucas ya se le han adelantado, George W. Bush acaba de estrenar, para asombro del mundo entero, la segunda parte de ese programa militar futurista que Ronald Reagan no pudo ver realizado, llamado Guerra de las Galaxias. Saltándose todos los pactos anti-nucleares y desafiando a sus aliados, Bush ha aprobado el megalómano escudo antimisiles (NMD) que convertirá a los EE.UU. es una especie de búnker infranqueable, amo y señor del espacio conocido. Vuelve la Era Atómica. Vuelve la Guerra Fría.

En el D! Institüt estábamos ya impacientes. Los 90 han sido un verdadero bodrio. Minimalistas, orientaloides, hipertecnológicos y cibernéticos. Todo muy aséptico y civilizado. Lo llaman época de transición, apenas hay malos ni buenos y se vive en un clima de mediocridad generalizada. Todo tiende a cero. Los 80 fueron sin duda mucho más locos, excesivos, desprejuiciados, tóxicos y alegres. No por casualidad, durante esos años sabíamos que detrás de todos nosotros había un tipo con el dedo sobre el botón. Sabíamos que en algún lugar había misiles apuntándonos. Y es que la Guerra Fría da mucho juego. La URSS, Ronald Reagan, la Guerra de las Galaxias, los refugios nucleares, el Muro de Berlín, la carrera armamentística, la CIA, la KGB... todo ello alentó un estadio de peligro inminente que aviva el ingenio y propicia la acción. Es la sensación de que esto se acaba. El alimento natural de la Cultura del Apocalipsis.

Esta vez la nueva Guerra de las Galaxias promete mucho más. Karl Grossman, profesor de periodismo de la Universidad de NY, compara la estrategia de Bush con el ánimo imperialista de la Europa del siglo XVI. Para Grossman, EE.UU. pretende trasladar la guerra y su poder al espacio, reservándose para sí el futuro de la guerra y con él, el de la humanidad. Como si le aburriera el actual panorama bélico, Bush declaró públicamente que estaba pensando en la posibilidad de saltar una generación de tecnología militar y empezar a diseñar lo que puede ser necesario en 15 o 20 años. Tiene a todo el ejército y a la poderosísima industria militar a sus pies. Le adoran. Para empezar, su espectacular escudo animisiles puede rondar los 100.000 millones de dólares.

Sir Arthur C. Clarke lo tiene muy claro. En uno de sus brillantes artículos advierte que llegará el día en que nuestros nietos verán Top Gun, la película, con el mismo sentimiento de culpa que vemos hoy El Triunfo de la Voluntad de Leni Riefenstahl, la película-propaganda del III Reich. George W. Bush tiene el poder de hacerlo realidad. Demos la bienvenida a una nueva Era Atómica. La Generación del Paraguas Nuclear ya está aquí.



02. nuclear sí//
Trinity, la bomba atómica que explotó el 16 de julio de 1945 en Alamogordo, Nuevo México, cambió el curso de la historia para siempre. Robert Oppenheimer, el científico al mando del programa atómico (Proyecto Manhattan), memorizó unas lineas del Bhagavad-Gita, para la ocasión:

Durante la explosión recitó:
Si estallara en el cielo
el resplandor de mil soles,
sería como el esplendor
del Poderoso.

Y durante la nube en forma de hongo:
Ahora me he convertido en la Muerte, destructora de mundos.

Con estas palabras, Oppenheimer inauguraba la era post-industrial y el pensamiento apocalíptico. El hombre se había hecho dueño por fin del poder de Destrucción Total. Ya sólo le queda el otro poder, el de Creación, para convertirse en Dios.

Cuando se fisiona una libra de uranio 235, la masa liberada dentro de los 1.132.000.000.000.000.000.000.000 átomos se multiplica por el cuadrado de la velocidad de la luz, lo que equivale a una fuerza explosiva de 300.000 veces 300.000 kilómetros por segundo. Dice Martin Amis que las armas nucleares son bíblicas en su ira, y no es una metáfora. El átomo es venerado a partir de entonces como la verdad última, origen y final de todo lo que existe, dejando un espacio muy estrecho a la Divinidad. La ciencia da la última gran patada a la Iglesia. La energía nuclear, descubierta para convertir la muerte en otro proceso industrial, se redefine tras la Segunda Guerra Mundial en una nueva religión, en un milagro de la súper-energía limpia y barata que traerá paz y prosperidad a los pueblos. Las centrales nucleares se convierten en las nuevas iglesias. Todo el mundo quiere tener una. Pero la cosa no funcionó como se esperaba.

La bomba atómica se erige en los 60 como el Santo Grial de la Contracultura en general (Activistas No-Nukes, Eco-Guerrilla, los inicios del underground) y de la Cultura del Apocalipsis en particular. El fiasco de la energía atómica se hace cada vez más evidente, pero aún faltarían muchos años hasta que las miles de víctimas de Chernobyl pusieran punto y final al sueño nuclear, o mejor, a la peor pesadilla del siglo XX. Durante toda esta trayectoria histórica, la energía atómica ha llegado a formar parte de la mitología urbana, convirtiéndose en un poderoso meme-plex capaz de movilizar eco-terroristas, promover viajes turísticos o inspirar terrores socio-políticos. Con el meme atómico juegan los gobiernos, los militares, la prensa, los conspiranoicos, el cine y los fabricantes de juguetes, es sin duda uno de los pasajes favoritos de la Escena Espectacular.

Pero, ¿que pasó antes de Alamogordo? ¿tuvieron los antiguos contacto con la energía nuclear? Algunos apóstoles del Conspiracionismo así lo afirman, en un intento por trazar una prehistoria secreta de la cultura apocalíptica.



03. guerra atómica primigenia//
Dicen los más atrevidos que la destrucción de Sodoma y Gomorra tal y como se relata en la Biblia fue provocada por una explosión nuclear. Para los geólogos, la zona en donde teóricamente se hallaban ambas ciudades, las inmediaciones del Mar Muerto, poseen curiosas alteraciones provocadas por una terrible catástrofe sísmico-volcánica. El problema viene cuando afirman que esa catástrofe tuvo lugar, según la estratificación de los restos, hace un millón de años y no hace 2000 años como relata la Biblia. No existen evidencias de actividad sísmica o volcánica en la zona durante, al menos, los últimos 10.000 años. Es entonces cuando las teorías de un ataque nuclear toman forma, explicando así fenómenos como los pilares de sal o la alta concentración salina del Mar Muerto.

Pero Sodoma y Gomorra no es el único ejemplo. En el Mahabharata, narración épica-histórica india, se habla en términos similares de un poder desconocido que destruyó civilizaciones hace 10.000 años:

Cargada con todo el poder del Universo,
una columna incandescente de humo y fuego,
tan incandescente como mil soles,
se alzó en todo su esplendor (...)
Era un arma desconocida,
un trueno de hierro,
un enorme mensajero de muerte,
que redujo a cenizas
la raza entera de los Vrishnis y Andhakas.

La descripción del hongo atómico es asombrosamente fiel. En la literatura posterior, incluso hasta Hiroshima y Nagasaki, no existen alusiones tan claras a devastaciones masivas de este tipo. Ahora bien, lo que de verdad confunde a los investigadores no es la literatura épica, sino las evidencias arqueológicas de residuos radiactivos que misteriosamente aparecen en distintos lugares del mundo. Rajasthan (India), la Meseta del Saad (Egipto) y decenas de pueblos como Tap o¹Noth, Abernathy o Argyll en Escocia, coinciden en poseer amplias zonas estratégicamente delimitadas repletas de residuos nucleares con miles de años.

Cuando se produce una detonación nuclear, la onda expansiva deja enormes círculos de material rocoso fundido en lo que se denomina tektita, un resistente cristal que sólo se produce de forma natural cuando un meteorito impacta la Tierra. En los lugares antes citados, no existen señales de impactos de ningún tipo, ni siquiera de actividad volcánica, pero en cambio, sí encontramos las delatoras tektitas. En Escocia, el fenómeno es más sorprendente, ya que aún se mantienen en pie unas extrañas fortificaciones de roca cristalizada que en principio se creyeron murallas creadas por el hombre. Luego se demostró que la energía necesaria para fundir roca de esa forma solo se podía alcanzar mediante fusión nuclear.

Parace del todo improbable que civilizaciones tan arcaicas tuvieran acceso a la tecnología atómica, pero por otro lado, resulta la explicación más exacta. La intervención extraterrestre es la solución fácil y rápida al enigma, pero existen otras vías más interesantes. Algunas pasan por la misteriosa figura de Nikola Tesla, el científico que a principios del siglo XX descubrió la corriente alterna (AC), para luego terminar apartado y olvidado a la sombra de Edison y su corriente continua (DC).

Nikola Tesla es considerado hoy en día un visionario y un genio incomprendido, adalid de las para-ciencias y el Conspiracionismo. Sus biografías hablan de extraordinarios conocimientos sobre electromagnetismo y geología, sobre poderosos artilugios de energía gratuita, anti-gravedad y rayos letales. La leyenda dice que poderes económicos y políticos le impidieron avanzar y encubrieron sus peligrosos hallazgos. Precisamente, ese rayo letal que él afirmó haber construido, basado en tele-geo-dinámica y capaz de generar terremotos y cambios climáticos, es para algunos un precedente del reactor nuclear.

Ya sean fuerzas divinas, estraterrestres o misteriosas energías magnéticas, los primigenios residuos atómicos están ahí, esperando a quien pueda resolver el enigma.

+info: www.nexusmagazine.com/ancatomicwar1.html



04.el reloj del juicio final//
El Reloj del Juicio Final (The Doomsday Clock) es una de las consecuencias más inquietantes de la Era Atómica y la encarnación palpable del temor apocalíptico propio de la Guerra Fría. Durante las cinco décadas que lleva en marcha, el Reloj del Juicio Final fue la forma que eligieron un grupo de científicos para mostrarnos lo cerca que estábamos de la Guerra Nuclear y, por tanto, del fin de la civilización.

The Bulletin of Atomic Scientists es una revista fundada en Chicago en 1947 por una serie de reputados científicos (entre ellos Einstein) relacionados con el desarrollo de la energía atómica y empeñados en difundir su temor al avance de las armas nucleares. Quizá fuera su manera de decir al mundo que a pesar de ser los responsables directos de tal tecnología, no estaban de acuerdo con el uso que se estaba haciendo de ella. En la primera portada del boletín, Martyl Langsdorf, esposa de uno de los fundadores, diseñó un reloj que marcaba 7 minutos para la medianoche, indicando la proximidad de una hipotética catástrofe nuclear. En la editorial se leía esto:

El reloj representa el pensamiento de aquellos que su relación con el desarrollo de la energía atómica no les permite olvidar que sus vidas y las de sus hijos, la seguridad del país, y la supervivencia de la civilización, penden de un hilo mientras no se exorcice el demonio de la guerra atómica.

El Reloj no tardó en convertirse en un icono cultural y político al que atendían desde periodistas hasta jefes de estado. Su capacidad simbólica de una situación internacional cada vez más insostenible era incuestionable, y sus responsables lo tomaron como bandera de su causa. A finales de 1949, el Reloj avanzó hasta 3 minutos para la medianoche, como respuesta al anuncio de Harry S. Truman de que en la URSS se estaban probando bombas atómicas. Años más tarde, en 1952, Truman puso en marcha la diabólica tecnología termonuclear detonando la primera Bomba H, mil veces más potente que la de Hiroshima. En 1953, los rusos ya tenían la suya, y el Reloj del Juicio Final se movió a unos críticos 2 minutos para la medianoche.

En sus 48 años de actividad, el Reloj se ha movido adelante y atrás sólo en 14 ocasiones, reflejando exclusivamente cambios drásticos en la situación internacional. Así por ejemplo, los tratados anti-nucleares de 1963 y 1972 retrocedieron el minutero hasta los 12 minutos para la medianoche. Por contra, a principios de los 80, con la Guerra Fría y la carrera armamentística en todo su esplendor, llegamos a los 4 minutos para las 12 en 1984.

Los 90 trajeron el momento más optimista de la historia del Reloj en 1991, 17 minutos para la medianoche gracias al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), firmado por EE.UU. y la Unión Soviética. La última puesta en hora tuvo lugar en 1998, acercando el minutero a los 9 minutos para las 12, debido a la escasa reducción nuclear prometida y a las pruebas atómicas detectadas en la India y Pakistán.

El actual conflicto del escudo antimisiles de George W. Bush puede provocar en cualquier momento un avance fatal del Reloj, inaugurando con muy mala pata el siglo XXI. Estaremos pendientes.

+info: www.bullatomsci.org/clock.html



05.generación chernobyl//
La generación Chernobyl acaba de cumplir 15 años y hasta ahora, no han desarrollado deformidades congénitas, pero se distinguen del resto de jóvenes soviéticos por su facilidad para contraer agresivos cánceres de tiroides, anemia, bronquitis, daños cromosomáticos, leucemia, difteria, cólera, enfermedades de la piel, tuberculosis y pérdidas de visión. La radiactividad forma parte del aire que respiran, de la comida que comen y de los parques que visitan, y esto no cambiará durante cientos de años. Son niños mutantes y, a la larga, no se conocen las transformaciones que pueden sufrir.

El 26 de abril de 1986, a la 1:24 AM, el reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl reventó, provocando una fisura en el núcleo que contaminó las regiones de Ukrania, Bielorrusia y Rusia, en un área total de 100.000 km2. Hoy se reconoce que supuso el mayor accidente nuclear de la historia, pero entonces todo se envolvió en falsas informaciones y errores que pretendieron salvaguardar la virtud soviética.

Todavía hoy se siguen repitiendo las mentiras que la agencia soviética de noticias Tass transmitió al mundo. Los intentos internacionales por desentrañar tanto las causas como los efectos de tal desastre han sido inútiles o, cuando menos, inexactos. Entre las 31 víctimas directas de la versión oficial, hasta las 6.000 que apuntan los investigadores más optimistas hay un buen trecho. Mucho más complejo es tratar de contar las víctimas indirectas que desde entonces hasta hoy han caído a consecuencia de múltiples enfermedades, las cifras varían en cientos de miles. No sólo el gobierno y la prensa, sino los mismos perjudicados se muestran esquivos y displicentes a la hora de hablar de Chernobyl.

Se han encontrado documentos de 1979 firmados por Yuri Andropov, jefe del KGB, en donde ya se advertía de las deficiencias de Chernobyl. Nadie hizo nada. Esas deficiencias, unidas a una serie de errores en cadena, provocaron la explosión. Pero lo grave vino después, cuando nadie estaba preparado para detener eficazmente aquella fuga. La leyenda de los heróicos pilotos (los liquidadores), que sobrevolaron el núcleo durante días, soltando cemento y escombros con sus helicópteros hasta enterrarlo, es pura propaganda. Ahora se sabe que lo que intentaban taponar no era más que un tercio escaso del total, la mayor parte del núcleo ardió inadvertidamente durante 9 días, liberando una carga radiactiva descomunal. Algunos no escatiman en comparar dicha carga con la de 1.000 veces Hiroshima. Cuando Valery Legasov, jefe de la delegación soviética al mando, se enteró de la chapuza, volvió a su casa y se ahorcó.

La versión oficial, de nuevo, afirmó que sólo se derramó un 3% del contenido del reactor, cuando las pruebas demuestran que fue más de un 70%. El ministro de Sanidad, Dr. Schulzenko, instruyó a los científicos encargados de la limpieza para encubrir y falsificar los informes sobre los efectos secundarios. Todos estos problemas de falsificación, destrucción de pruebas, conflictos de intereses y falta de transparencia dan una idea más exacta de la gravedad de la catástrofe que los propios efectos de la misma.

Si ahora sabemos parte de lo que allí sucedió y de lo que está por llegar, es gracias a la información de personas como Vladimir Chernousenko, un físico contratado para descontaminar la planta nuclear que no quiso participar de la mentira. Vladimir fue por ello expulsado de la Academia de las Ciencias de Ukrania y ahora agoniza envenenado por la radiación. Los niños mutantes de la Generación Chernobyl pueden por fin saber que fue lo que les pasó leyendo su libro Chernobyl: mirada desde dentro.

Chernobyl dio carpetazo a la mayoría de los proyectos de centrales nucleares en todo el mundo. Pocas fueron las que se inauguraron después del accidente, ya que los gobiernos internacionales coincidieron en una especie de pacto no declarado para impedir su proliferación. Y así fue hasta hace unos días, cuando una vez más George W. Bush, cual inaudito abanderado del poder atómico, se desmarca con que va a fomentar la construcción de nuevas centrales nucleares con subvenciones y seguros a todo riesgo, para cubrir la escasez de energía de los EE.UU. A este paso, Bush va camino de convertirse en el auténtico Lex Luthor del siglo XXI, repartiendo a diestro y siniestro lingotes de kryptonita.




>mediaKöntrol

01.conelrad: cultura atómica popular//
Conelrad es una exquisita página en internet dedicada al Vintage Atomic, es decir al coleccionismo y la exhibición de parafernalia atómica antigua, desde propaganda política a películas de SF. Es el lado más amable y delicado de la leyenda atómica.

Uno de los contenidos principales de Conelrad es, obviamente, el cine atómico, un subgénero asombrosamente fértil que inundó las pantallas entre los años 50 y 60 especialmente. El cine atómico fue capaz de hacer llegar a todos los públicos el mensaje de la nueva energía, ya fuera en forma de ciencia-ficción camp o de dibujos animados para niños, y es ahora un tópico entrañable para los degustadores de nostalgia. El poder atómico resucitaba animales prehistóricos, provocaba mutaciones en humanos y animales, facilitaba los viajes en el tiempo y alimentaba a los super-héroes. Aunque también fue retratado en todo su horror en la inolvidable y áspera El Día Después (Nicholas Meyer, 1983), un docu-drama tirando a casposo que incluía escenas reales de las pruebas atómicas de Alamogordo. En Conelrad se puede encontrar información de 100 títulos claves del cine atómico, ordenados cronológicamente.

Pero no todo se acaba ahí, Conelrad ofrece mucha más diversión atómica en forma de música de todos los estilos y épocas, relatos de SF, televisión mutante, memorias de veteranos, discursos, pruebas nucleares... convirtiendo la cultura atómica en algo tan entrañable, atractivo y simpático como los cromos de Mars Attacks!. Una buena manera de preparar a sus hijos para la Guerra Fría.

+info: www.conelrad.com




>cönSumo Ø

01.compras nucleares//
Hace un par de años, unos oficiales americanos encontraron un libreto de 511 páginas sobre venta de armas soviéticas en un mercadillo de Hampshire, Escocia. Se trataba de una especie de catálogo de venta por correo que se regalaba a todos los interesados. El libro estaba editado en Moscú y, para asombro de los oficiales, ofertaba sin disimulo distintos tipos de cabezas nucleares.

Unos dicen que el gobierno Ruso pretende diversificar entre los países más conflictivos la posesión de armas nucleares para propiciar un conflicto internacional con EE.UU., en donde los rusos intervendrían indirectamente y a posteriori. Otros afirman que el tráfico ilegal de armas nucleares responde a la precaria situación de la comunidad científica soviética, que desprovista ya de subvenciones y de empleos, buscan en el mercado negro su sustento. Y otros siguen desconfiando del más poderoso y concluyen que todo es una leyenda de origen norteamericano para justificar la nueva carrera armamentística de Bush y sus amigos del ejército.

El caso es que el negocio nuclear ha picado la curiosidad del comerciante medio. Pero aún resulta más inteligente y rentable el mercado de la defensa anti-nuclear, actualmente en auge. Nos referimos al insólito negocio de los refugios nucleares prefabricados, uno de los más bizarros pasatiempos de bricolaje yanqui.

Bruce Beach es uno de los líderes de TEAM (Together Everyone Accomplishes More, algo así como todos juntos se logra más), una comunidad no-política y no-religiosa de apocalípticos precavidos en espera de una guerra nuclear o biológica. Beach se presenta a través de sus diferentes cursillos en radiología y electrónica, que le han ayudado a construir 24 refugios nucleares, convirtiéndose, según él, en el más famoso constructor de refugios del mundo (!). Junto a él se unieron a TEAM una serie de supervivientes que nada más entrar reciben un cargo según sus habilidades. Así por ejemplo, Fred, que tiene una biblioteca de 200 libros de supervivencia y emergencias, es el Jefe de Investigación y Comunicaciones; Warren, el dibujante, es el Jefe de Material Promocional y Percy, fallecido a causa de un ataque al corazón (ya no podrá entrar al refugio) y antiguo Jefe de Construcción, espera vuestros saludos en percy@heaven.God (!!). Bruce Beach y su grupo tienen ya dispuesto su refugio nuclear, llamado El Arca 2, en Ontario, Canadá, y todavía quedan plazas. Para los que vivan fuera de la zona, Bruce vende sus refugios prefabricados en distintos tamaños y listos para enterrar en el jardín de casa. Los precios rondan los 3.000-4.000 dólares.

Sharon y Paul son un matrimonio que lleva 10 años ayudando a construir refugios por toda Norteamérica con su compañía Utah Shelter Systems. Tienen varios modelos de refugios que oscilan entre los 20.000 dólares (20 plazas) y los 25.000 (60 plazas), completamente amueblados y con todas las comodidades. Además, han publicado un libro sobre defensa nuclear e imparten conferencias en una organización llamada Civil Defense Volunteers of Utah (cuota de inscripción: 25$ al año), con títulos tan atractivos como: Amenaza Militar Soviética, Armas y Efectos o Invierno Nuclear y Otros Mitos. En su página web, Sharon y Paul recopilan noticias que consideran amenazantes sobre conflictos en Rusia, China y Taiwan, los principales países enemigos según ellos.

+info:
www.radius-defense.com
www.webpal.org/survival
www.netoriginals.com



02.turismo nuclear//
Lo último en turismo bizarro son las rutas atómicas, visitas guiadas por algunos de los puntos claves de la leyenda atómica y los refugios nucleares más famosos. Entre las muchas posibilidades que se ofertan, el viaje preferido es a Alamogordo, donde estalló Trinity, la primera bomba. Una vez allí, podremos medir con un contador Geiger los restos de radiactividad en el suelo y recoger unos puñados de tierra contaminada a modo de souvenir.

Al otro lado del planeta está el Museo de la Bomba de Nagasaki, con enormes fotos del desastre y varias ruinas en conserva. Allí, los japoneses pueden entender porqué el vecino de arriba tiene una hija con cuatro ojos y trece dedos, y los americanos que se atrevan, regodearse en ese sentimiento de culpa propio del más fuerte.

La otra cara de las rutas atómicas también tiene su encanto, es el antiguo refugio nuclear. Existen dos grandes centros turísticos entre los cientos de refugios repartidos por todo EE.UU., son los refugios oficiales de John F. Kennedy y el del Congreso. El primero está situado en Peanut Island, Florida y fue construido a finales de 1961, varios meses antes de la Crisis de los Misiles con Cuba. A parte de las funcionales duchas de descontaminación y otros aparatos poco decorativos, el refugio del Presidente consigue un agradable ambiente hogareño con un revestimiento que imita a madera, un escritorio con banderitas, un pequeño televisor y una lujosa alfombra china (nótese la paradoja).

El refugio más famoso es, no obstante, el de Greenbrier o Proyecto Greek Island, denominado el Graceland de los refugios nucleares. Este mostrenco habitáculo situado en White Sulphur Springs, Washington, permaneció secreto hasta que en 1992 el Washington Post destapó el misterio, provocando los recelos de los que pensaban que la Guerra Fría ya había terminado. El Proyecto Greek Island nació durante la administración Eisenhower con el único propósito de cobijar a los mandamases del Congreso. El refugio fue construido en los bajos de un hotel de 5 estrellas, el Greenbrier, camuflado bajo una nueva ala del edificio que el gobierno regaló a los propietarios del hotel. Equipado con todo tipo de absurdas comodidades (suites con sofás de terciopelo, bicicletas estáticas, cuadros y televisiones), el subterráneo se extiende a lo largo de dos plantas con cafetería, hospital, cabina de aislamiento para nerviosos, sala de reuniones y dormitorios individuales para todos y cada uno de los congresistas. Un búnker colosal en cuya entrada se puede leer esta advertencia: No se admiten mujeres ni niños.

+info: www.atomictourist.com




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